...con capas y garras y vendas, el zombie se ha incrustado en nuestra conciencia con poco mas que un andar tambaleante y un gemido. Metafóricamente, esta criatura clásica personifica algunos de nuestros mayores miedos. El mas obvio es nuestra muerte personificada. La manifestación física de la cosa que más tememos. Más sutilmente, el zombie representa algunas de nuestras más profundas inseguridades. El miedo de que en el fondo seamos poco más que animales, preocupados solo por nuestro propio apetito. Los zombies también pueden representar la amenaza del colectivo contra el individualismo. La idea de que podríamos ser engullidos y olvidados, nuestra forma de ser especial devorada por la multitud.
Curiosamente, esos carbonazos también nos dan esperanza. Los no muertos pueden ser tenaces, obsesivos e implacables como la lava, pero también son estúpidos y lentos; ineficaces e ineptos. No hace falta ser Van Helsing, o ni siquiera Peter Venkman, para tumbar a un zombie. Cualquiera que tenga pulso firme puede hacerlo. Si mantienes la calma, derrotar a un zombie no es una misión imposible. No hace falta hechizos, ni estacas, ni balas de plata, solo necesitas tu ingenio y un arma. Una pistola vale, pero casi cualquier objeto contundente puede servir, cosas que podemos tener en casa o en el jardín. Tal vez sea esta la combinación de esperanza ante el horror lo que hace que el zombie nos resulte tan atractivo. La idea de que nosotros podamos vencer a la muerte. Machacarla hasta que los sesos le salgan por las orejas.
wiipii
ResponderEliminarBienvenida!ebo dcir que prefiero la obsesion del año pasado que la de este, ya me entiendes...
ResponderEliminarDe todas formas, cuando gutses te vuelvo a zombificar ^u^